La importancia de la formación
Formarse supone adquirir una
serie de conocimientos que te permitirán posteriormente desenvolverte tanto en
el día a día como en tu ámbito de trabajo. Hoy día existen empleos que
históricamente no se habían considerado como tales por lo que no era necesaria
la mínima formación.
Uno de éstos puede ser el cuidado
de nuestros mayores, este es un puesto de trabajo con muchas salidas, ya que afortunadamente
nuestro país sigue teniendo una población cada vez más longeva. Actualmente en
este campo de trabajo la competencia es grande y como en todos, los empleadores
exigen a sus trabajadores y trabajadoras la máxima cualificación posible.
Debemos alejarnos de la idea de
que con cariño y amor cualquier persona puede cuidar de nuestros mayores, es
cierto que un cuidador o cuidadora debe tener estos valores, pero además entre
sus competencias están las de garantizar unas medidas higiénico sanitarias;
prevenir riesgos en el domicilio; prevenir lesiones; y favorecer la
comunicación y/o expresión de sentimientos del o la dependiente, competencias
que se adquieren con formación y trabajo.
Debemos pensar que nadie se pone
en manos de un conocido o conocida para curarse una enfermedad, sólo porque le
han recomendado que es bueno o buena haciéndolo, intentamos buscar un médico o
médica que sólo por el hecho de serlo nos va a dar la seguridad suficiente para
ponernos en sus manos. Si queremos lo mejor para nosotros/as también debemos
quererlo para nuestros mayores, por eso a la hora de contratar debemos exigir a
una persona formada y a la hora de buscar trabajo debemos intentar demostrar
que somos los y las mejores en nuestro campo.
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