"El cuidado de mayores... actividad gratificante y enriquecedora
Al hablar del cuidado
de personas mayores siempre se ha tendido a pensar en consecuencias negativas y
cargas para el cuidador afectando a su vida personal, social y familiar.
Muchos cuidadores
experimentan efectos positivos, sobre
todo a nivel emocional, esto viene influenciado por la enfermedad de la persona
dependiente y sobre todo por los recursos personales de los que dispone el
cuidador (apoyo social, familiar, aptitudes…)
Debe quedar claro que la
enfermedad de la persona cuidada nunca debe verse como algo positivo, nos
referiríamos al proceso y a la capacidad de resolver problemas lo que adquiere
un sentido positivo.
Esta
satisfacción aparece al ayudar a la persona dependiente disfrutando de su
compañía y de las actividades que realizan a través de recompensas personales,
sentimiento de reciprocidad, mejora de las relaciones con la persona cuidada y
con el entorno que los rodea, sentirse útil, querido, orgullo al solucionar
crisis y en definitiva sentirse realizado a nivel personal o profesional si se
trata de un cuidador formal. Cuando el cuidador no tiene determinadas
capacidades el hecho de aprenderlas también repercute en una actitud más
positiva y una mejor valoración personal.Una vez
que se deja de ser cuidador suele quedar ese sentimiento de protección, ayuda
hacia los demás exteriorizando una actitud más empática hacia otros cuidadores.
En definitiva debe abandonarse
ese concepto de el “cuidado” como algo negativo que no puede aportar nada a la
persona y que solo trae cargas y problemas. Los que tratamos este sector
siempre hemos querido inculcar en la sociedad ese sentimiento de necesidad de ayuda a los demás para potenciar
este sector y sobre todo que nuestros mayores se sientan acompañados,
protegidos y CUIDADOS.
Cuando el cuidador no tiene determinadas capacidades el
hecho de aprenderlas también repercute en una actitud más positiva y una mejor
valoración personal
Ingmar Bergman
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