LA CALOR Y LAS PERSONAS MAYORES

 Con la llegada del verano y con ello las altas temperaturas, los niños, las personas enfermas, las dependientes y las personas mayores son los grupos vulnerables a la hora de sufrir un golpe de calor. Pero es este último conjunto de personas las que más riesgo corre, debido que tienen una sensación reducida del calor y por lo tanto se protegen menos del calor. De ahí que se multipliquen las advertencias y las recomendaciones para refugiarse de las altas temperaturas.

Primitivo Ramos, secretario general de la Sociedad Española de Geriatría y Geronto
logía
 (SEGG), explica  que el ser más vulnerables se debe a varios factores: “a las disfunciones de su sistema termorregulador que les confiere una menor percepción de los cambios de temperatura, reaccionan más tardíamente ante ellos y su respuesta, por tanto, es menor ante los efectos adversos de los cambios térmicos”. Del mismo modo, este colectivo presenta un riesgo añadido de deshidratación, ya que no son conscientes de que están perdiendo líquidos por la sudoración y por evaporación; tienen una menor percepción de la sensación de sed, apareciendo ésta de forma tardía y presentan una menor capacidad para ingerir líquidos. Otro factor es la presencia de enfermedades, “especialmente cuando confluyen varias asociadas (pluripatología) y la consiguiente toma de varios medicamentos para el control de las mismas (polimedicación)”, apunta Ramos.

Conforme aumenta la edad, las personas son más susceptibles a tener un golpe de calor. Ahora bien, la edad no es la única consecuencia a considerar, ya que hay personas menores de 60-65 años que presentan enfermedades neurodegenerativas, psiquiátricas o enfermedades crónicas, que imprimen un riesgo mayor que el que presentan otras personas en torno a los 80-85 años que tienen un buen estado basal de salud. “Es decir, que influyen otros factores añadidos como las enfermedades, especialmente las que afectan a la esfera psíquica y cognitiva, la diabetes, insuficiencias orgánicas avanzadas, las que enfermedades infecciosas que cursan con fiebre, las que cursan con pérdidas de líquidos y electrolitos (vómitos, diarrea, heridas exudativas etc.) y los medicamentos que deben tomar para el control de éstas, especialmente los diuréticos, laxantes, anticonvulsivantes y psicofármacos”, aclara Ramos.

¿Qué le suele preceder a ese golpe de calor? El secretario general de la SEGG, afirma que estos cuadros no suelen ir precedidos de un ejercicio físico intenso o de un esfuerzo como normalmente ocurre en el caso de jóvenes o adultos; sino debido a una exposición a altas temperaturas durante mucho tiempo. “La persona empieza a tener cierto grado de somnolencia, dolor de cabeza, hipertermia, piel caliente y enrojecida, náuseas, desorientación temporoespacial, disminución de su nivel sensorial y del nivel de conciencia, confusión, convulsiones e incluso llegar al coma. Esto puede originarle a la persona mayor la muerte o bien producirle secuelas, si no se instaura un tratamiento inmediato”, cita Ramos.







https://cuidateplus.marca.com/familia/mayores/2018/06/30/como-afecta-ola-calor-mayores-162917.html#:~:text=%E2%80%9CLa%20persona%20empieza%20a%20tener,e%20incluso%20llegar%20al%20coma.

https://asispa.org/como-afecta-el-calor-a-los-mayores/


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